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San Jerónimo, presbítero y doctor

30 septiembre 2023

Hoy 30 de septiembre recordamos a San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia católica.

¿Quién fue San Jerónimo?

San Jerónimo, doctor máximo en la exposición de la escritura y el varón trilingüe que hablaba latín, griego y hebreo, nació en Estridón en Dalmacia hacia el año 333. A los 15 años, llegó a Roma, y se enfocó en el estudio de los escritores clásicos, pero le fascinaba sobre todo la Roma cristiana. Su visita a las catacumbas encendió su admiración por los héroes cristianos y en el año 363 fue bautizado por el Papa Liberio. 

San Jerónimo y su vida espiritual 

San Jerónimo sintió fuerte la llamada de Oriente, por lo que se marchó a Siria y se establece en el desierto de Calcis sembrado de monjes, estilistas y reclusos. En Calcis pasó cinco años entregado a la oración y al ayuno, al estudio del hebreo y a una rigurosa penitencia en la lucha perenne con la carne. En Antioquía se ordenó sacerdote y se perfeccionó en griego, luego pasó en Constantinopla y entró en contacto con los gregorianos.

¿Qué hizo San Jerónimo en la biblia?

El Papa Sandamazo lo llamó a Roma para asistirle en un sínodo y le encargó la obra cumbre de su vida: la versión de la Biblia al latín que con el nombre del vulgata será el texto oficial de la Iglesia. Escribió libros llenos de unción y erudición, como la vida de Pablo y la carta sobre la virginidad. Además, dirigió una reunión, donde se agrupaban las damas de la aristocracia romana y la santidad.

Tiempo después, San Jerónimo fue muy calumniado y se alejó de Roma para siempre. Se dirigió a Tierra Santa, donde fundó y dirigió muchos cenobios. Más tarde, se estableció junto a la gruta del nacimiento en Belén para seguir sus estudios y comentarios bíblicos, donde batalló por la verdad e iluminó las conciencias con sus escritos y con sus cartas a los cenobios.

Últimos años de San Jerónimo

El santo siguió orando y trabajando fervorosamente hasta casi los 90 años, partiendo a la eternidad el 30 de septiembre del año 420 d. C. Posteriormente, sus restos se trasladaron a Roma en la Basílica de Santa María La Mayor.

San Jerónimo ruega por nosotros