Grasa abdominal: qué enfermedades puede indicar y cómo eliminarla

Nutrición

Ana de Hollanda, endocrinóloga del Hospital Clínic, nos explica los riesgos que comporta la grasa corporal

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Grasa abdominal

La grasa que se acumula en el abdomen se denomina grasa visceral 

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La obesidad se define como la acumulación anormal o excesiva de grasa. Actualmente es un gran problema de salud pública. En Catalunya, según datos de la Encuesta de Salud de Catalunya del año 2020, la mitad de la población de 18 a 74 años tiene sobrepeso (sobrepeso u obesidad).

“Hay varias zonas en las que se acumula la grasa. Debajo de la piel (la grasa subcutánea), es el primer depósito que se va llenando. Cuando se satura y ya no hay capacidad, entonces aparece en el abdomen, convirtiéndose en grasa visceral. Esta grasa visceral se asienta entre los órganos, y también en los tejidos (en el hígado o en el páncreas), cuando se llama grasa ectópica”, explica Ana de Hollanda, endocrinóloga del Hospital Clínic y coordinadora de la Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

Las mujeres acumulan grasa sobre todo en la zona femoral y los glúteos, lo que comporta menos riesgo cardiovascular; mientras que los hombres tienden a presentarla en la zona abdominal. "Es una diferencia importante, porque la grasa del abdomen es más activa metabólicamente y es la que genera las consecuencias más perjudiciales", comenta la doctora.

¿Por qué se acumula grasa en el abdomen?

La barriga es uno de los puntos del cuerpo que, al ganar peso, puede generar complejos a algunas personas. No todo el mundo acumula la grasa de la misma forma; algunas personas la retienen más rápidamente, antes de que se llenen los depósitos subcutáneos.

La grasa del abdomen es más activa metabólicamente y es la que genera las consecuencias más perjudiciales

Ana de HollandaEndocrinóloga del Hospital Clínic

Existen factores genéticos y hormonales, por ejemplo. “Cuando las mujeres llegan a la menopausia hay una disminución general de los niveles de estrógenos, lo que hace que la distribución favorable, no sea tan así, es decir, acumulen grasa también en el abdomen”, explica De Hollanda.

Baremos para medir la grasa

Mucha gente expresa incomodidad o desagrado con la forma de su vientre, especialmente cuando, en primavera y verano llega la hora de ponerse el bañador. La dictadura de la estética hace que se valoren los vientres perfectos, con la “tablilla de chocolate”, nada fácil de conseguir. Pero en la mayoría de los casos estas grasas no representan un problema de salud, sino más bien una falta de cariño del propio cuerpo, de complejos psicológicos no resueltos.

Los baremos médicos establecen unos límites recomendables de perímetro de cintura. El máximo aconsejable en mujeres es de 88 centímetros, y en hombres de 102. “Estas cifras nos dicen que hay mucha grasa intraabdominal que aporta riesgo cardiovascular. Este es el punto en el que hay que saber si hay riesgo para la salud”, dice el especialista.

Enfermedades relacionadas con la grasa abdominal

El tejido adiposo puede estar estable, normal, pero también inflamado, y esta inflamación puede suponer riesgo. "Lo que determina la inflamación son el resto de factores de riesgo: si la persona fuma, si la alimentación está basada en grasa…".

Existe un buen grupo de enfermedades asociadas al exceso de grasa corporal (y más si hay inflamación). “Son todas las complicaciones metabólicas, como la diabetes, la hipertensión, la hipercolesterolemia, dislipemia…”, apunta la endocrinóloga.

diabetes obesidad

La diabetes es una enfermedad muy común 

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¿Qué podemos hacer para eliminar la grasa?

Apuntarse en el gimnasio un mes antes de la llegada del verano o ponerse a dieta estricta sólo unas semanas no son las medidas que aconsejan los especialistas médicos. Para reducir la grasa abdominal, y de esta manera encontrarnos mejor, es necesario incorporar hábitos saludables que todos conocemos: alimentación equilibrada, ejercicio físico, dormir las horas necesarias… ¿Hasta qué punto todo esto afecta y qué cantidad de actividad física es eficaz? ¿Qué alimentos hay que reducir y cuáles podemos seguir consumiendo?

Ejercicio físico

La OMS recomienda realizar 150 minutos semanales de ejercicio entre moderado e intenso. Para determinar que la actividad es “moderada o intensa”, según De Hollanda, “debemos alcanzar un ritmo de frecuencia cardíaca que nos suponga un esfuerzo físico. Se debe calcular individualmente en qué rango de frecuencia cardíaca debemos estar para que el ejercicio que hacemos se considere moderado o intenso. Salir a andar no nos sirve. Además, es necesario incorporar ejercicio muscular de fuerza, de levantar peso, para que el músculo se mantenga metabólicamente activo”.

Alimentación

En cuanto a la alimentación, De Hollanda afirma que la dieta mediterránea es la que ha demostrado mayores beneficios. Algunas indicaciones serían: comer sobre todo verdura dos veces al día, pescado tres veces por semana, legumbres tres o cuatro veces por semana, frutos secos todos los días, cocina de proximidad, evitar ultraprocesados, evitar carnes rojas (máximo una vez por semana). Por otra parte, reducir el azúcar al máximo es otra indicación de salud, no de forma obsesiva, sino dentro del tipo de estilo de vida, eliminando los procesados y los zumos de fruta, por ejemplo. "Todo esto puede ser nuestra medicina".

Rosquillas con azúcar

Los expertos recomiendan reducir el consumo de azúcar 

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Dormir bien

Aunque no nos parezca que la relación sea tan directa, la grasa corporal también tiene un vínculo con las horas que dormimos. "Se han hecho estudios en los que la única modificación que se hacía entre los grupos de participantes era que algún grupo dormía menos, y eran los que aumentaban de peso, comiendo lo mismo", comenta el especialista.

Estrés

El estrés también aumenta la grasa corporal, es un factor determinante. Por lo general, no se saben “cuáles son todas las vías metabólicas que se alteran con el estrés, pero una es la de la hormona cortisol, que es la que nos hace estar atentos cuando hay una situación de peligro. Cuando hay mucho estrés hay muchos picos de cortisol, y esto es muy dañino para la salud. Es una hormona anabólica que hace que acumulemos más grasa”, explica la endocrinóloga del Hospital Clínic.

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El estrés también puede traducirse en un aumento de peso 

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Horarios regulares y de acuerdo con nuestro cronotipo

Otra de las indicaciones médicas para mantener la grasa corporal a raya es respetar los horarios de sueño y comidas. “Tenemos muchas hormonas que controlan los ciclos. En el caso de los pacientes que trabajan de noche o por turnos tienen más riesgo de engordar por la alteración del ritmo del cronotipo”. Recordemos que cada persona tiene un cronotipo, en relación con los ritmos circadiarios. Algunas se levantan muy pronto y se acuestan también pronto, mientras que otras son más vespertinas o nocturnas. Cambiar estos ritmos pasa factura a nuestro organismo, no sólo en términos de cansancio o de salud, sino también en acumulación de grasa.

Lee aquí el artículo original de RAC1

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