Asunción de la Virgen María

Asunción de Maria
  • Fiesta: Agosto 15.
  • Patrona: Iglesia Universal.
  • Advocación: Dogma.
  • Significado del Nombre: Llevada arriba.
  • Aprobación: Santa Sede (Vaticano).

La Asunción de la Santísima Virgen a los cielos es el último dogma emitido por la Iglesia Católica en 1950, que significa “llevada arriba.; es el trayecto de 20 siglos que recorrió la Iglesia en el discernimiento, hasta aprobar el dogma. María no sólo es la ‘mujer vestida de sol’ que batalla contra el maligno. Sino que fue la primera persona naturalmente humana que fue llevada al cielo, como algún día nosotros lo seremos. De ahí la importancia de este dogma para toda la fé.

Assumption of Virgin MaryEste Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus:
«Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces (oraciones) y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo».

Razones

  1. La inmunidad de María de todo pecado: La descomposición del cuerpo es consecuencia del pecado, y como María, careció de todo pecado, entonces Ella estaba libre de la ley universal de la corrupción, pudiendo entonces, entrar prontamente, en cuerpo y alma, en la gloria del cielo.
  2. Su Maternidad Divina: Como el cuerpo de Cristo se había formado del cuerpo de María, era conveniente que el cuerpo de María participara de la suerte del cuerpo de Cristo. Ella concibió a Jesús, le dio a luz, le nutrió, le cuidó, le estrechó contra su pecho. No podemos imaginar que Jesús permitiría que el cuerpo, que le dio vida, llegase a la corrupción.
  3. Su Virginidad Perpetua: como su cuerpo fue preservado en integridad virginal, (toda para Jesús y siendo un tabernáculo viviente) era conveniente que después de la muerte no sufriera la corrupción.
  4. Su participación en la obra redentora de Cristo: María, la Madre del Redentor, por su íntima participación en la obra redentora de su Hijo, después de consumado el curso de su vida sobre la tierra, recibió el fruto pleno de la redención, que es la glorificación del cuerpo y del alma.
  5. La Biblia registra que Enoc y Elías fueron “llevados” por Dios al Cielo (Génesis 5:24; 2 Reyes 2:11). Por lo tanto, no es imposible que Dios hubiera hecho lo mismo con María.

La muerte de María

Es sabido que la muerte no es condición esencial para la Asunción y el Dogma de la Asunción no dejó definido si murió realmente la Santísima Virgen. Habiendo entonces una discusión sobre esto entre los Mariólogos y Pío XII, el papa prefirió dejar definido lo que realmente era importante: que María subió a los Cielos gloriosa en cuerpo y alma.

Sepulcro de la Virgen María

Monte de los Olivos, Jerusalén.

Diversos documentos históricos nos hablan de una veneración antiquísima de su tumba, en Jerusalén, específicamente en Getsemaní (Valle de Cedrón), en donde se edificó un santuario, y posteriormente la Iglesia de la Asunción, concluyendo que la Asunción tuvo lugar en el mismo sitio donde Jesús fue apresado antes de su Pasión y Muerte; es decir, en el Huerto de Getsemaní. También existen otros documentos en donde se señala la tradición de que María siguió a San Juan Evangelista hasta Éfeso y allí podría haber muerto.

La iglesia ortodoxa

Dormición de la Virgen MaríaLa iglesia ortodoxa celebra la dormición, que se refiere al fallecimiento de María de la vida terrenal, no descrita en los Evangelios, pero registrada en un texto apocrifo del siglo VI atribuido a un escritor conocido con el pseudo de Juan. Esta narración dice que María regresó fielmente al lugar de entierro vacío de su hijo. Un viernes, el ángel Gabriel se acercó a ella y le dijo que pronto se levantaría para llevarla al cielo para encontrar a su hijo nuevamente. María decidió ir a Belén y rezó para que Juan y los otros apóstoles estuvieran a su lado.
El Espíritu Santo trajo a Juan de Éfeso, Pedro de Roma, Pablo de las orillas del Tíber y Tomás de la India. Todos se encontraron reunidos alrededor de María. Mientras oraban, escucharon el sonido de un trueno, apareció una gran cantidad de ángeles y una fuerte voz vino del cielo. La narración dice que el Espíritu Santo transportó a María y a los apóstoles de regreso a Jerusalén, donde el domingo, mientras los ángeles rodeaban su casa, Jesús la llamó desde el cielo. Ella murió, y los apóstoles llevaron su cuerpo a una tumba en el Jardín de Getsemaní. Al tercer día, los ángeles vinieron a llevar su cuerpo al paraíso.

Un poco de historia

El Papa Pío XII, que promulgó el dogma de la Asunción, tuvo la gracia de presenciar la ‘danza del sol’ varias veces en los días alrededor de cuando promulgó el dogma, tomándolo como un mensaje del cielo de aprobación a la decisión de promulgar el Dogma de la Asunción.

El Papa Juan Pablo II, en una de sus Catequesis sobre la Asunción, explica esto mismo en los siguientes términos:
«El dogma de la Asunción afirma que el cuerpo de María fue glorificado después de su muerte. En efecto, mientras para los demás hombres la resurrección de los cuerpos tendrá lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo se anticipó por singular privilegio» (JP II, 2-julio-97).
«Contemplando el misterio de la Asunción de la Virgen, es posible comprender el plan de la Providencia Divina con respecto a la humanidad: después de Cristo, Verbo encarnado, María es la primera criatura humana que realiza el ideal escatológico, anticipando la plenitud de la felicidad, prometida a los elegidos mediante la resurrección de los cuerpos» (JP II, Audiencia General del 9-julio-97).

La Asunción es la victoria de Dios confirmada en María y asegurada para nosotros. Es una señal y promesa de la gloria que nos espera cuando en el fin del mundo nuestros cuerpos resuciten y sean reunidos con nuestras almas. Es un mensaje de esperanza que nos hace pensar en la dicha de alcanzar el Cielo, la gloria de Dios y en la alegría de tener una madre que ha alcanzado la meta a la que nosotros caminamos.

María es una obra maravillosa de Dios: mujer sencilla y humilde, concebida sin pecado original y, por tanto, creatura purísima. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado de Dios.

El Catecismo de la Iglesia Católica (#966) nos explica el Dogma: «Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del Cielo y elevada al Trono del Señor como Reina del Universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte». «La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos» (#966).

Oración de la Asunción de la Virgen María