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La Virgen María es la llena de gracia, desde su concepción

La Virgen María es la llena de gracia, desde su concepción

Si, todos los católicos decimos que la Virgen es llena de gracia, pero sabes tú ¿por qué esto es así?

 

Por César Cuero

La Biblia en San Lucas 1, 26-28 dice: «Al sexto mes, el arcángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón llamado José.

Entrando junto a ella, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor es contigo». María, de esta manera, es invitada por el arcángel Gabriel a  alegrarse, sobre todo porque Dios la ama y la ha colmado de gracia porque ella va  a ser la madre del hijo de Dios, privilegio único e irrepetible.

La gracia santificante viene de Dios y es concedida por los méritos de nuestro Señor Jesús. Esta elimina el pecado, en tanto estemos en ella. “Y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús”, (Romanos 3, 24).

 

La gracia por tanto nos hace justos y santos si permanecemos en ella.

 

La Virgen María es llena de gracia, desde su concepción en el vientre de su madre Santa Ana, por eso fue concebida sin pecado, y permaneció en esta condición toda su vida, es decir, posee lo que es la “gracia habitual”, una disposición permanente para vivir y obrar según la vocación divina; por ello permaneció en permanente amistad con Dios.

El arcángel continúa diciéndole: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús”, (Lucas 1, 30-31). Por consiguiente, lo de María es una sobreabundancia de la gracia que no es simplemente por ella, sino por los méritos de Cristo.