La Virgen María

Joaquín Sorolla Bastida (València, 1863 - Cercedilla, 1923)

Esta pintura, realizada durante su etapa de pensionado en Roma y dedicada a su futura suegra, Clotilde del Castillo, es ejemplo de la producción de temática religiosa que Sorolla cultivó, sobre todo, durante los primeros años de su carrera.

Si prescindimos del esférico nimbo que circunda la cabeza, se ofrece en este cuadro la imagen de una mujer joven con toda su capacidad de atención y de sentimiento proyectada hacia lo más hondo de su intimidad, silenciosa y dulcemente atenta a cuanto acontece en sus entrañas, pues transmite la impresión de que se trata de una mujer encinta. No hay nada escatológico en esta Madonna, por el contrario, es su contenida e intimista humanidad lo que conmueve. Según tradición familiar fue la hermana del pintor, Concha Sorolla, quien sirvió de modelo para esta representación mariana.

La obra, cuyo tipo de pincelada y color se acercan más a la experiencia de El Entierro de Cristo (1885-1887), responde a un tipo de obras de inspiración religiosa que comenzaron a prodigarse en la pintura española desde principios de la década de 1890 y que derivan de modelos italianos, en especial de Domenico Morelli y de artistas florentinos.

Inscripciones: «A. D.ª Clotilde GARCIA / por affo. / Sorolla» (Firmado. Ángulo inferior derecho)