Esteatosis hepatica

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El hígado graso, comúnmente conocido en el ámbito sanitario como esteatosis hepática, es una enfermedad generalmente benigna del hígado que se caracteriza por la acumulación de ácidos grasos y de triglicéridos en las células hepáticas. Los síntomas del hígado graso por regla general suelen ser dolor en la parte superior derecha del abdomen, malestar general, fatiga crónica, y sensación de pesadez, en especial después de las comidas. Aunque también es cierto que existen pacientes que no tienen síntomas, cuestión peligrosa hasta cierto punto dado que la enfermedad puede evolucionar de manera silenciosa a estadios más graves. Hace algunos años el hígado graso se relacionada con el consumo de alcohol en grandes cantidades, aunque en la actualidad cada vez son más los especialistas que relacionan el aumento de personas con esta patología con los altos niveles de obesidad, de colesterol y triglicéridos. EPIDEMIOLOGIA DEL HIGADO GRASO: Los factores de riesgo asociados frecuentemente a la enfermedad por hígado graso no alcohólica (EHGNA) son la obesidad, la diabetes tipo 2 y la dislipidemia. La prevalencia de obesidad en diferentes estudios de pacientes con EHGNA varía entre el 30 y 100 %, la de diabetes tipo 2 entre el 10 y 75 % y la de dislipidemia entre el 20 y 92 %. La obesidad central pareciera ser un factor de riesgo de mayor importancia para la EHGNA. En el caso de los niños, se han detectado algunos con EHGNA quienes presentan también


diabetes tipo 1. La presencia de diabetes aumenta el riesgo y la severidad de EHGNA NAFLD independientemente del ínide de masa corporal (IMC). En relación con la dislipidemia, la hipertrigliceridemia puede aumentar el riesgo de EHGNA con mayor preferencia que la hipercolesterolemia. Los antecedentes familiares de esteatohepatitis o cirrosis criptogénica también fueron considerados como factores de riesgo para el desarrollo de EHGNA. Se sabe que afecta a personas de cualquier edad y de diferentes grupos raciales. Aunque para algunos estudios el típico paciente con EHNA es una mujer de mediana edad, algunos estudios han demostrado una mayor prevalencia en hombres que en mujeres. En la población de Estados Unidos en el año 2000 se estimaba que 30,1 millones de adultos obesos podían tener esteatosis y alrededor de 8,6 millones podían tener esteatohepatitis. La diabetes tipo 2 afectó el 7,8 % de los adultos de Estados Unidos mientras que el 50 % de los pacientes con diabetes (7,8 millones) tienen EHGNA. SINTOMAS DEL HIGADO GRASO: Son diversos los síntomas del hígado graso, aunque también es cierto que no todos los pacientes presentan síntomas. Por regla general, los más habituales tienden a ser los siguientes:  Dolor en la parte superior derecha del abdomen.  Malestar general.  Cansancio.  Fatiga crónica.  Pérdida de peso.  Sensación de pesadez.  En algunas ocasiones, ictericia.


EVOLUCION DEL HIGADO GRASO: Generalmente el hígado graso es una patología benigna que tiende a no evolucionar a estadios más graves de la enfermedad. Una vez se detecta la aparición de hígado graso (a través de ecografía abdominal), se deben tomar las medidas necesarias para eliminar esa grasa en el hígado, y evitar con ello que el hígado graso evolucione a esteatohepatitis (hígado graso inflamado, aumentado de tamaño), y de ahí a una posible cirrosis y/o cáncer. TRATAMIENTO DEL HIGADO GRASO: Si bien no existe un tratamiento definitivo para el hígado graso, las recomendaciones básicas que se dan al respecto pasan por una reducción de peso corporal y seguir una dieta equilibrada, rica en frutas verduras. La práctica de ejercicio es adecuada en todos los casos, dado que ayudamos a nuestro organismo a que elimine la grasa sobrante del cuerpo. Una buena opción es acudir a un nutricionista que nos aporte una dieta adecuada para el hígado graso, y que controle el peso que vayamos perdiendo, puesto que una pérdida rápida de peso está asociada a un mayor daño al hígado. RECOMENDACIONES Y CONSEJOS PARA PACIENTES CON HIGADO GRASO: Hemos de evitar las rápidas pérdidas de peso o las subidas y bajadas del mismo (muy típico en la gente que hace dieta) ya que son jun factor añadido que aumenta el riesgo. Se debe empezar a comer saludable, así como también evitar el consumo de alimentos que contengan grasas saturadas (comida chatarra), así como también empezar a ejercitarse para poder tener un peso saludable y evitar el hígado graso.


Lo ideal es buscar una dieta adecuada a nuestro caso que nos ayude a perder peso gradualmente. Evitar la leche de vaca (mejor el yogur y el kéfir), quesos curados, las grasas de origen animal y el alcohol son pautas básicas. Hemos de reducir el azúcar y los dulces y por otro lado cuidar que no nos falte la proteína en la dieta (sobre todo las proteínas vegetales) ya que en muchos casos hay una gran resistencia a la insulina. En estos casos hemos de tener siempre en cuenta los antioxidantes, como la vitamina A, C, E y el Selenio, que pueden colaborar en evitar una degeneración celular. Los alimentos ricos en fibra (vegetales y cereales integrales) nos ayudarán a absorber menos grasas y azucares de la dieta. El pescado azul, las legumbres, las semillas y los frutos secos crudos (en poca cantidad) nos ayudarán también en nuestra lucha contra el colesterol. El limón es un gran aliado en estos casos (podemos añadirlo al agua y a las ensaladas). Una buena combinación es el zumo de zanahoria y limón. También es bueno recalcar que solamente hacer dieta en casos de hígado graso no funciona del todo, para evitar y recudir el daño del hígado graso siempre tiene que ir de la mano una alimentación equilibrada y hacer ejercicio físico, ya que esa es la única manera de quemar grasas saturadas.


DIETA PARA PACIENTES CON HIGADO GRASO: Una de las posibles consecuencias de sufrir sobrepeso es el hígado graso o esteatosis hepática. Para poder tratar esta enfermedad la alimentación juega un rol muy importante, es por ello que es imprescindible llevar a cabo una dieta para hígado graso y obesidad. Una forma de llevar a la práctica esta dieta es realizando un menú especial bajo en grasas. Para poder corregir esta situación, se debe poner en práctica el menú para esteatosis hepática. Fórmula sintética de la dieta para hígado graso y obesidad:  Valor calórico total: Se encontrará reducido, de acuerdo a parámetros antropométricos individuales.  Hidratos de carbono: su porcentaje se encontrará entre 50 – 55%, realizando una selección de alimentos ricos en fibra y bajos en azúcares simples.  Proteínas: 15% del valor calórico total.  Grasas: 25% del valor calórico total, de este total se deberá realizar una selección de alimentos que contengas ácidos grasos monoinsaturados, poliinsaturados en mayor cantidad, reduciendo al límite los ácidos grasos saturados.


EVITAR EL CONSUMO DE ALCOHOL: El consumo responsable de bebidas alcohólicas, o incluso dejar de consumirlas, debe ser la primera medida que nos tenemos que plantear muy en serio para prevenir la enfermedad del hígado graso. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido que un consumo responsable de alcohol no debería superar los 30 g diarios de alcohol puro en el caso de los hombres y los 20 g en el caso de las mujeres. La diferencia se debe a razones metabólicas. No obstante, el alcohol no es la única causa del ‘hígado graso’, este también está relacionado a la obesidad, la hipertensión y el colesterol alto. Y SOBRE TODO EJERCITATE!: Además de mantenerte en forma y contribuir a la pérdida de peso, hacer ejercicio ayuda a personas con hígado graso a evitar la inflamación y molestias que este trastorno provoca. Un estudio publicado en Journal of Hepatology demuestra que el ejercicio, sobre todo el aeróbico, disminuye los malestares del hígado graso.


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