c) RESPUESTA RESPIRATORIA El efecto espacio ocupante provocado por la
acumulación de sangre en el espacio pleural y la ruptura de las pleuras traduce que
la presión intrapleural vaya perdiendo su negatividad hasta hacerse constantemente
positiva y que el pulmón vaya perdiendo su volumen hasta inclusive llegar al
colapso total del parénquima pulmonar. Lo anterior, también es asociado con el
aumento en la presión, lo cual produce una disminución del retorno venoso y
dependiendo de la cantidad sanguínea almacenada se lleva a un estado de
hiperpresión intratorácica que puede llevar al desplazamiento del mediastino
contralateral y alteraciones cardiopulmonares muy graves provocando dificultad
para realizar los movimientos respiratorios Sin embargo, el volumen sanguíneo
necesario para producir estas manifestaciones varía según los órganos dañados,
gravedad de la lesión, comorbilidades, reserva pulmonar y cardiaca preexistente.
d)
COMPLICACIONES Cuando ocurre un proceso en el cual hay una evacuación
insuficiente de sangre el líquido tiende a coagularse rápidamente secundario a los
movimientos cardiacos y pulmonares. Este puede llegar a locularse y tabicarse de
forma expedita, esto inicia un proceso de acumulación angiofibroblástico y
cicatrización. Estos alteran la fisiología ventilatoria, el intercambio de gases y el
aclaramiento de secreciones que aumenta el riesgo de infecciones, además los
procesos quirúrgicos asociados al tratamiento pueden ser otro foco infeccioso.
Ahora bien, en el hemotórax retenido “la pleura se cubre de una capa de fibrina
delgada y celular, en la cual hay proliferación angiofibroblástica alrededor del sétimo
día postrauma”. Estos elementos (fibrina, proliferación mesotelial y el desarrollo celular
del tejido de granulación) se organizan en el coágulo y ocasionan el engrosamiento de
la pleura, lo cual se solidifica progresivamente, llevando a atrapamiento del pulmón por
un compartimento rígido.
En la última etapa se crea una cicatriz densa que envuelve el tejido pulmonar, la cual
disminuye su capacidad residual funcional. Esto conlleva un gran riesgo de infecciones
por alteración de los mecanismos de drenaje que crea el medio ideal para crecimiento
bacteriano llevando al empiema.
En algunas ocasiones puede ocurrir “la lisis del coágulo en la 2°- 4° semana
postrauma”. Lo anterior, “porque este se vuelve una colección hipertónica que resulta
en un incremento en la concentración de proteínas en el líquido pleural, lo cual genera
un aumento de la presión osmótica”. En consecuencia, esto produce un gradiente que
favorece la trasudación de líquido en el espacio pleural, por esta razón es que un
hemotórax asintomático puede progresar a un derrame pleural con sangrado, que lleva
a una restricción ventilatoria mayor.
CLÍNICA
Las manifestaciones clínicas son variables, algunos pacientes pueden cursar sin
sintomatología aparente. Ahora bien, la acumulación de líquido en el espacio pleural separa el
pulmón lleno de aire de la pared torácica y bloquea la transmisión del sonido. Asimismo,
entre las manifestaciones más frecuentes se pueden encontrar “a la percusión hemitórax mate
o submate en las zonas de acumulo, a la inspección desviación mediastínica contralateral,
venas del cuello distendidas, a la auscultación ruidos respiratorios disminuidos o ausentes
ipsilateralmente”. Además, pueden asociar dolor torácico, así como signos y síntomas de
shock como ansiedad, inquietud, hipotensión arterial, piel pálida fría y húmeda, taquicardia,
taquipnea, dificultad respiratoria.
DIAGNÓSTICO
Con base en la frecuencia de la entidad clínica, la sospecha de hemotórax debe considerarse
en todo paciente que ingresa al servicio de urgencias con antecedente reciente de herida
penetrante en tórax y/o trauma torácico ó toracoabdominal.