• El cáncer de pulmón aumenta entre mujeres no fumadoras

    El tabaco es la principal causa de cáncer de pulmón, pero llama la atención que aumenten los diagnósticos entre mujeres no fumadoras, de ahí que se ponga el foco en el gas radón, el amianto, la contaminación o la herencia genética.

    • El tabaquismo es, sin duda, la causa principal del cáncer de pulmón, pero no es la única.

    Y es que el cáncer de pulmón se ha convertido en una enfermedad cada vez más frecuente. De hecho se estima que en 2022 habrá más de 30.000 diagnósticos. Por ese motivo, y coincidiendo con la celebración del Día Mundial Contra el Cáncer de Pulmón, la Asociación para la Investigación del Cáncer de Pulmón en Mujeres (ICAPEM) quiere lanzar la voz de alarma sobre el incremento de casos en personas no fumadoras, especialmente entre las mujeres.

    Ante esta situación, ICAPEM insiste en la necesidad de estudiar en profundidad todos los factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer de pulmón. “Se han estudiado todavía poco las causas pero parece que el principal factor de riesgo es el gas radón, otros factores serían la polución del aire, el amianto, o incluso causas genéticas que se encuentran en estudio” asegura la Dra Laura Mezquita, vocal de la Junta Directiva de ICAPEM.

    El 30% de los diagnósticos de cáncer de pulmón en mujeres se producen en no fumadoras

    Aunque el tabaco sigue siendo la principal causa de cáncer de pulmón, se está detectando un aumento en la incidencia de casos producidos por causas ambientales o genéticas. La Dra. Dolores Isla, Presidente de ICAPEM, indica que “ese aumento es especialmente significativo entre las mujeres, ya que el 30% de los diagnósticos de cáncer de pulmón en mujeres se producen en no fumadoras”. Este porcentaje duplica al de hombres y esto hace que 2 de cada 3 personas no fumadoras y con cáncer de pulmón sean mujeres.

    Cada vez más jóvenes

    Esto está provocando que el perfil del paciente de cáncer de pulmón esté cambiando. “Actualmente se está observando que la enfermedad afecta cada vez a más mujeres, más personas no fumadoras y pacientes más jóvenes”, añade la Dra Margarita Majem, Vicepresidente de ICAPEM. Por eso, los expertos de ICAPEM alertan sobre el riesgo que supone que, a nivel social y sanitario, todavía se tenga la idea de que el cáncer de pulmón es una enfermedad de hombres mayores y fumadores, ya que ese prejuicio puede dar lugar a que los diagnósticos se den de forma tardía en algunos pacientes.

    Diagnóstico precoz

    Desde ICAPEM piden, también, que el incremento de casos de cáncer de pulmón entre personas no fumadoras se estudie y se tenga en cuenta a la hora de realizar campañas de prevención y diagnóstico precoz. Denuncian que la mayoría de la labor preventiva se sigue centrando exclusivamente en el hábito tabáquico y aseguran que, aunque acabar con el tabaquismo es importante, también es crucial tener en cuenta el resto de factores que pueden causar un cáncer de pulmón.

    Un comentario

    1. Analicemos este artículo, porque contiene fallos estadísticos notables. Muchos de estos datos de “no fumadoras” corresponden a mujeres ex fumadoras o fumadoras pasivas. Pero, sobre todo, hay que tener en cuenta que las mujeres fuman en una proporción casi la mitad que los hombres, así que es normal que, habiendo mayor proporción d
      de hombres que fuman que de mujeres que fuman, y una menor de hombres que no fuman sobre mujeres que no fuman, es normal que, en los hombres, un mayor porcentaje de los afectados por cáncer de pulmón sí sean fumadores y una menor parte estos afectados varones no lo sean. En el caso de las mujeres, más del 77% no fuman, cifra que, en varones, es del 56% solo. No es que los factores no tabáquicos afecten menos a las mujeres. De hecho, es al revés: el tabaco y todas las demás sustancias mutágenas afectan siempre más a la mujer premenopáusica porque el estrógeno favorece la división celular. Pero los hombres se intoxican más con estos factores porque se exponen más a ellos en sus hábitos tóxicos y alimenticios, y en su vida profesional. El amianto, por ejemplo, está muy ligado a profesiones prácticamente ejercidas solo por varones (obras públicas, reformas de viviendas, demoliciones, impermebilizaciones, fontanería, astilleros…). Por otro lado, el estrógeno también favorece la acción del sistema inmunitario para eliminar sustancias tumorales, en lo que la mujer joven lleva ventaja. La radiación afecta por igual, con más eficacia en los cuerpos con mayor proporción de grasa, que antes era cosa de mujeres, pero, con la entrada masiva a la vida moderna de xenoestrógenos (el lúpulo de la cerveza, por ejemplo), en el ambiente de los varones, ya supera en estos la proporción de la grasa presente en los cuerpos femeninos. Y, en lo que respecta al radón, éste afecta por igual a ellas que ellos, puesto que procede, principalmente del subsuelo granítico con descomposición de uranio presente sólo en ciertas zonas de Espaa (Galicia y la Sierra de Gudarrama), algunas con una mayor presencia de mujeres porque son regiones muy envejecida (como el caso de Galicia), donde la mayor supervivencia de mujeres hace que su representación poblacional y, por tanto, en las estadísticas de cáncer de pulmón de origen no fumador, sea también mayor. En cuanto al radón de los pavimentos graníticos y encimeras no tiene apenas ninguna incidencia en el cáncer de pulmón, si los edificios donde se instalan se encuentran regularmente ventilados. Tampoco el mayor uso que hacen las mujeres del metro sobre el coche (que utilizan más los hombres) influye en su exposición al radón fuera de las zonas de suelos graníticos, puesto que las instalaciones del metro no radían si no se producen obras que fracturen tuberías o revestimientos con contenido de asbesto, algo a lo que profesionalmente están expuestos casi sólo varones. En lo que atañe a la contaminación ambiental, ésta está también presente como factor, en igual proporción, en ambos sexos. El único procancerígeno (de pulmón y del sistema nervioso) que las mujeres jóvenes sí inhalan mucho más que los varones son los compuestos volátiles cancerígenos derivados del formaldehído, el tolueno, el amonio y la colofonia, presentes en muchos cosméticos, como los esmaltes y quita esmaltes de uñas y los tintes de pelo. Esas son las costumbres cosméticas peligrosas en mujeres jóvenes que hace falta cambiar. Además, el consumo de alcohol crece en las mujeres no fumadoras también y eso sí podría estar incrementado estadísticas de cánceres en no fumadoras, no solo de mama, sino también de pulmón. Las infecciones respiratorias agudas (como la gripe o el COVID) y la obesidad, que producen inflamación continuada en pulmones (incluidas las respuestas autoinmunes o la inflamación exagerada también desencadenada por las vacunas anti-COVID en mujeres jóvenes con estrógeno alto y factores genéticos que les predisponen a ello) también pueden ejercer de factores mutágenos que incida en este incremento. Por último, pongan atención en que cada día crecen los anuncios de sustancias alcohólicas (un potente inductor de mutaciones y reductor de la actividad antioncógena de los leucocitos) protagonizados exclusivamente por mujeres. eso sí que deberían denunciarlo. Se está perfilando un consumidor alcohólico para el que, para la reproducción y sus cánceres específicos, es muy peligros el alcohol.

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